Blogia
almenaya

¡Felicidades, corredores!

 

Al corredor se le había secado la lengua y el sudor hacía que le escocieran los ojos. Posiblemente, hacía ya rato que Filípides no sentía ninguno de sus miembros, frescos horas antes, sino sólo su cuerpo macilento jadeante de arriba hacia abajo como un fardo, pero, con todo, llevaba su corazón henchido de gloria y lograría llevar, finalmente, su mensaje. Ya no debía faltar mucho para divisar Atenas; quizá tras aquella pequeña colina. Posiblemente, seguiría distrayéndose y pensando que, tal vez, podría establecerse un sistema de relevos que, cada poco, pasasen su preciada información a su sucesor pudiendo así descansar, o, tal vez, una suerte de espejos de plata bruñida, estratégicamente colocados, que emitiesen reflejos discretos … ¡Sí! ¿Por qué no? Nadie tendría que correr como él estaba corriendo ahora. Después, …después de aquella carrera, si él resistía, podría perfeccionar un sistema efectivo.

Posiblemente, también, le doliera el pecho cuando se encontrara de repente en la plaza pública, sin saber muy bien cómo, después de haber corrido cuarenta kilómetros sin detenerse, para gritar con sus escasas fuerzas:”Alegraos, atenienses, hemos vencido” y, posiblemente, otra vez, una punzada aguda acabara con su vida tras pronunciar estas orgullosas palabras a sus conciudadanos. Mientras fenecía, quizás un último pensamiento pasó por su mente:” … una red de información que acorte las distancias en el menor tiempo posible y sin que los hombres tengan que … correr.”

Asumiendo la veracidad de la leyenda sobre el mensajero que Milcíades envió a Atenas para comunicar la victoria del ejército griego sobre los persas en la llanura de Maratón, podríamos decir que lo que a Filípides le costó aquel logro -el sufrimiento del cansancio y la vida a saber- lo hubiera realizado en nuestro tiempo, diecisiete años acá, cualquier internauta al uso enviando un correo electrónico a la sede de gobierno de aquella ciudad en tan sólo unos minutos y con el sólo y único esfuerzo de apretar un ratón de … plástico. ¿Paradoja o progreso?

Disquisiciones aparte, vaya desde aquí mi mejor reconocimiento a todos aquellos corredores que, como Filípides, corren para hacer a los demás su vida más cómoda generando progreso. Felicidades en el 17º aniversario de su victoria. Saludos.

 

 

 

0 comentarios